Fútbol Femenino Profesional y Feminismo.

El gol de las pibas. 

Por Florencia Castro.



_“Parecíamos de una barra, pero éramos la banda feminista”.

La imagen del partido que recorrió miles de casas cuervas, transmitidas por la señal deportiva de TNT, dejaría un grato recuerdo no solo para las jugadoras de San Lorenzo, sino también para sus hinchas. Para ninguna de ellas sería este un día de cancha cualquiera.

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Hacía calor, ya a las 11 de la mañana del sábado, en los quinchos de Ciudad Deportiva del Ciclón se empezaba a sentir la alegría de un día histórico. Es que por primera vez en un torneo oficial, el equipo de fútbol femenino profesional iba a jugar en el mismo césped en que la Primera masculina ya había tenido sus momentos de gloria.

Salida a la cancha, pitazo inicial y comienzo de otro dia de sueños.

En eso, por las escaleras de acceso al centro de la Platea Sur (la única habilitada esa tarde), se asomaba un grupo de poco más de una decena de cuervas, al cantito de “Mirala que linda viene, mirala que linda va, es la banda feminista, que al Ciclón viene a alentar”.

La ola feminista también llegó a las canchas, acaso el ámbito más machista de todos, para derribar las desigualdades, ya que ese día -aunque no haya sido el primero- y para siempre, ellas también fueron dueñas del fútbol.

“Por eso les pedimos que pongan ovarios, así este campeonato se queda en el barrio. Con esta camiseta hay que ir para adelante, nosotras con las pibas vamo’ a acompañarte”... Así reversionaron las pibas desde las tribunas a esa hinchada de costumbres machistas que en cada local enciende las tribunas del Ciclón.


Lo hicieron una y otra vez, con el lenguaje como arma fundamental para hacerse oir. Se trataba ahora de Cuervas, Pendejas, Pibas, invitando a otras a sumarse a esta movida.
“Cuerva, hacete amiga, vení a Boedo que hay que alentar a las pibas…”

Pero esta vez lo hicieron ellas, 
con San Lorenzo Feminista comandando la banda que contagió a cualquiera que estuviese en este día de espectáculo inédito.


Globos azules y rojos, papel picado, letras que se hacían arenga, un redoblante y un bombo que alzaba sus golpes gruesos y pesados entre voces más bien agudas que provocaron que la tribuna completa alentara y que todos se enteraran que ahí estaban jugando las pibas. Las nuestras, las de todos: las Santitas.

Minuto de gol: ¿será la historia tan oportuna?. Así pareció. La apertura del marcador la tuvo Maca Sánchez, nada menos que la máxima abanderada de la profesionalización del fútbol femenino en Argentina, convirtiendo el primer tanto oficial en el Pedro Bidegain.

La tarde fue fiesta por donde se la mire. Show de goles en el campo de juego. Muestra de aguante en las tribunas. La segunda fecha del torneo femenino tuvo 4 goles para Boedo, cantitos y abrazos bajo el sol de un día inolvidable que había tenido de antesala una victoria contundente para las Santitas en la semana previa, en el Sur.

Así, a paso firme las jugadores cuervas se quedaron con los tres puntos. Así, más firmes que nunca las pibas metieron golazo: dijeron presente e hicieron oír sus voces para que todo el mundo sepa que llegaron para quedarse.

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